¿Cuánto tiempo están presentes en tu día a día vídeos, imágenes y sonidos? ¿De qué manera influyen en tu vida? ¿Crees que es esencial recopilar aquellos considerados de suma importancia? ¿Imaginas un mundo sin un fondo de archivos audiovisuales? 

Hoy, 27 de octubre, se conmemora el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual. Este archivo histórico comprende una amplia variedad de registros sonoros y visuales, como películas, grabaciones de audio, programas de televisión y otro tipo de videos históricos. Su importancia radica en su capacidad para narrar historias, preservando momentos, eventos y fenómenos culturales a lo largo del tiempo, lo que a su vez influye en la conformación de la identidad cultural y la memoria colectiva de una sociedad. 

El patrimonio audiovisual no solo desempeña un papel crucial en la preservación de la historia y la cultura de una comunidad a través de imágenes en movimiento, sino que también juega un papel fundamental en la educación y la transmisión de conocimientos, por ejemplo, científicos. Documentales, archivos históricos y registros de eventos importantes proporcionan una fuente de información valiosa para las generaciones presentes y futuras.

La digitalización y la preservación adecuada de estos archivos son cruciales para evitar su pérdida irreversible. Existe una variedad de repositorios audiovisuales de contenido multimedia hoy en día popularizados en todo el mundo como es el caso de YouTube o Vimeo. Pero son las instituciones dedicadas a dicha labor las que nos pueden ayudar a conservar cuidadosamente o a consultar aquellos archivos que sean de nuestro interés.

El papel de los trabajadores y trabajadoras del audiovisual 

¿De qué manera podemos aportar, desde un CAI como es el CREAV, no solo a la creación de contenidos audiovisuales sino también a su conservación, teniendo en cuenta que son archivos documentales que pueden servir para acercar datos y hechos científicos de relevancia social y cultural actual a un público general? 

La colaboración con otras instituciones, ajenas o cercanas a nosotros como la propia Universidad Complutense de Madrid, podría ser una de las vías. Pero sobre todo, la primera fase comienza teniendo una buena base de datos, guardados de forma segura, clasificar documentos y archivos, y saber detectar la importancia de los contenidos, proyectándolos en base a un futuro donde la multiplicación de este tipo de piezas audiovisuales será prácticamente infinita y donde habrá que hacer un trabajo de selección.